Ilustración: Modernadepueblo
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Los problemas mencionados ocurren en países desarrollados como España, pero el Día Internacional de la Mujer también sirve como plataforma para denunciar otros abusos que sufren las mujeres en otros continentes:
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Mutilación genital
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Violaciones como arma de guerra
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Trata de mujeres
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Prostitución infantil
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Matrimonio infantil
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Trabajos forzosos/explotación laboral
¿Qué reivindicamos el 8 de marzo?
Brecha salarial: reivindicamos salarios justos y meritocráticos y denunciamos la brecha salarial, entendida como el hecho de que un hombre tenga un sueldo más elevado que una mujer por hacer el mismo trabajo.
Techo de cristal: entendemos el techo de cristal como la dificultad que presentan las mujeres para acceder a altos cargos directivos debido a su condición de género.
Violaciones: en España se denuncia una violación cada 8 horas, pero según el Ministerio de Interior, solo se denuncian un 10% de este tipo de agresiones, por lo tanto, la cifra es muchísimo más elevada.
Violencia de género: denunciamos la violencia de género, tanto física como psicológica, así como las conductas machistas entendidas como “habituales” (estereotipos, roles de género…) y exigimos igualdad y libertad para las mujeres.
Cosificación y presión estética: estamos hartas de que se nos trate como un objeto sexual. El hecho de que no paguemos entrada en las discotecas es un claro ejemplo de la cosificación: nosotras somos objeto de consumo y ellos consumidores. Esta cosificación está presente en muchísimos ámbitos sociales: en los medios de comunicación, en el trabajo, en la pornografía…
Debido a la cosificación, las mujeres sufrimos una presión estética mucho más elevada que los hombres, ya que los medios de comunicación nos están bombardeando constantemente con estereotipos de belleza inalcanzables, haciéndonos creer que nuestro valor como personas depende, en gran parte, de nuestro aspecto físico. A raíz de esta situación, muchas adolescentes desarrollan trastornos alimenticios para poder alcanzar dichos cánones de belleza.
Acoso callejero: estamos en contra de todas las formas de acoso como son los comentarios sobre nuestro físico o nuestra vestimenta. Los comentarios a mujeres desconocidas no son “piropos”, es acoso e invasión de la intimidad.
trabajo doméstico/cuidados: el trabajo doméstico y las tareas del hogar, así como los cuidados de los familiares como por ejemplo los ancianos, siempre son asociados a mujeres. Creemos que es hora de cambiar esta discriminación: el hogar y la familia es responsabilidad tanto de hombres como de mujeres y no debe suponer un trabajo extra para la mujer.
Justicia patriarcal: queremos que las mujeres no tengan miedo de denunciar situaciones injustas que les puede tocar vivir por el simple hecho de ser mujeres. Estamos cansadas de que la justícia nos ponga en duda cuando denunciamos malos tratos por parte de nuestra pareja, violaciones… Queremos sentirnos protegidas por el poder judicial. Creemos que no es normal que en el siglo XXI, los jueces sigan preguntando a víctimas de violaciones cómo iban vestidas, si habían bebido y otros datos irrelevantes a la hora de juzgar a su agresor. Desde aquí denunciamos la sentencia judicial de la Manada, en la cual, una vez más, la justícia se ha puesto de parte de los violadores, poniendo en duda la situación de la víctima.